viernes, 14 de junio de 2013

Federica & Company

Pues con el despiste que me caracteriza, hoy, después de siete meses, me he dado cuenta que la encantadora Federica de "Federica & Company" hizo un maravilloso post en su blog donde agradecía que le hubiera dedicado una de mis tablitas "El Hada Pelusina", qué sorpersón para acabar la semana!

http://www.federicastories.com/?tag=wozere

Desde aquí, desde mi humilde blog, le quería agradecer a Federica el haber alojado a mi querida Hada Pelusina en su hermoso jardín, que por otra parte, me inspiró para realizar este diseño de Pelusina que adoro. Para el que no tenga el placer de conocerlo, El jardin de Federica es un jardín mágico en el centro de Madrid, donde se dan la mano, naturaleza, arte, muebles vintage, ropa, cocina..., se que Pelusina estará encantada en ese maravilloso y mágico lugar.
Feliz fin de semana!

lunes, 3 de junio de 2013

MERIENDA EN EL JARDÍN





Era una espléndida mañana de viernes y Pelusina se había levantado muy contenta, llevaba toda la semana esperando ese día, ya que había planeado una merienda con su muy muy mejor amiga Kat. Mamá Pelusina, lo había preparado todo, el día anterior había hecho unas galletas deliciosas con arándanos, que eran las preferidas de Pelusina, por supuesto la merienda sería en el jardín, era primavera y en el jardín de mamá Pelusina lucían mil colores. 




Pelusina se paseaba en su columpio haciendo tiempo para la llegada de su amiga, a eso de las cinco vió aparecer por el empinado camino el sombrerito de su apreciada amiga, venía montada en bici y venía a toda velocidad, ansiosa por acudir a su cita. 




Las dos amigas pasaron una tarde deliciosa, primero merendaron y acto seguido se tendieron en la hierba a tomar el sol y contarse sus secretillos, la vista desde el jardín era preciosa, se divisaba una colina cubierta por un manto de flores multicolor y las dos amigas hablaron y hablaron y hablaron…






Mientras, mamá Pelusina las obserbaba de lejos mientras realizaba sus labores de jardinería, estaba feliz porque Pelusina estaba feliz…